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La técnica de pomodoro al igual que GTD (getting things done) o ZTD (zend to done), son técnicas para realizar las tareas diarias de forma ordenada y evitando distracciones.

Esta técnica debe su nombre a un reloj de cocina con forma de tomate (pomodoro), ya que, la propia técnica se basa en la medición del tiempo con un cronómetro, como los utilizados en la cocina.

La lista de tareas

Básicamente, hay tres artecfactos que se emplean para poder realizar esta técnica:

  • Inventario de Actividades: donde habrá que recoger todas las tareas a realizar.
  • Tareas para Hoy: las tareas que se han planteado para hacer hoy. El criterio para su selección puede ser la prioridad, dificultad o antigüedad.
  • Registro: donde, diariamente se apuntarán las tareas realizadas, junto con los pomodoros empleados para su compleción.

La gestión del tiempo

La técnica en sí, se basa en la gestión del tiempo mediante cortos periódos de dedicación exclusiva. Esto quiere decir que, cuando se comienza un periódo, se debe de estar completamente dedicado a esa actividad hasta que suene la campana.

Para desarrollar la técnica con precisión, necesitaremos un cronómetro o un sistema que nos alerte de cuando comienza y termina un pomodoro. Como su origen indica, puede ser un cronómetro fijo y real en la mesa del trabajador (lo cual puede ser algo incómodo en una oficina con muchas personas trabajando) o uno informático como este.

Los pomodoros (entendidos como los periódos de tiempo) deben de ser de no más de 30 minutos, con lo que, lo ideal, sería tener períodos de 25 minutos, con 5 minutos de descanso y, cada 4 períodos, hacer el descanso extensible de 15 a 30 minutos.

Cada tarea puede ocupar no solo un pomodoro, sino varios, esto se registra al final en el registro, poniendo las tareas realizadas, junto con el número de pomodoros invertidos en su realización.

Las interrupciones

Cuando se está trabajando en una tarea concreta y entra otra distinta con mucha prioridad, tanto que no puede esperar al final del pomodoro actual, se anula el pomodoro en curso y se comienza otro nuevo con la nueva tarea.

Este es el punto débil, quizás, de esta técnica, ya que si la dinámica de trabajo es hacerlo con incidencias y/o peticiones, podría producirse un momento en el que ningún pomodoro pudiese completarse en ninguna tarea, con lo que, llegamos al punto de que no se usa, realmente, esta técnica.

Conclusiones

Para las tareas de desarrollo y sobre todo en proyectos, sin incidencias, esta es una gran técnica equiparable a GTD y ZTD. No obstante, si el entorno de trabajo es más orientado a eventos, a interrupciones, esta técnica no aplica, puesto que las propias interrupciones son las que van marcando los tiempos a poder aplicar.

Para saber más: